En los últimos años, la neurociencia ha experimentado una emocionante revolución científica al reconocer que la mente no solo depende del cerebro, sino del cuerpo en su totalidad. Durante mucho tiempo, la neurociencia se centró en el estudio de la actividad neuronal y las áreas cerebrales para comprender la mente y los procesos cognitivos como la atención, la memoria y las emociones. Sin embargo, cada vez se publican más resultados científicos sorprendentes que demuestran la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.
¿Sabías que interpretamos la realidad a través del diálogo entre el cerebro y el corazón?
La investigadora Catherine Tallon-Baudry y su grupo en París han demostrado que la percepción de las imágenes que llegan a nuestros ojos está influenciada por la respuesta del cerebro al latido del corazón. Esto significa que no todo lo que vemos es procesado por el cerebro debido a la falta de comunicación entre el cerebro y el corazón. Además, cuanto más fuerte responde el cerebro a los latidos del corazón, más pensamos en nosotros mismos. Esta relación entre el cerebro y el corazón tiene implicaciones no solo para la neurociencia, sino también para conocernos mejor a nosotros mismos y, posiblemente, alcanzar la disolución del yo que se menciona en la meditación.
¿Sabías que la respiración nasal regula mejor las emociones que la respiración oral?
Aunque las tradiciones orientales como el yoga han comprendido durante mucho tiempo la influencia de la respiración en los estados mentales, la ciencia ha comenzado a explorar recientemente esta relación. Respirar por la nariz afecta la actividad de la amígdala, una región del sistema límbico que está involucrada en el procesamiento de las emociones, especialmente el miedo y el estrés. Además, la respiración nasal también afecta al hipocampo, una región relacionada con la memoria y una de las primeras áreas en atrofiarse en la enfermedad de Alzheimer. En contraste, respirar por la boca, aunque tiene un sistema de filtrado de patógenos, no influye tanto en el cerebro emocional. La respiración también modula una región profunda del cerebro llamada locus coerulus, que está implicada en la atención y la memoria.
¿Sabías que el intestino influye en el cerebro y no al revés?
En 2017, en el Instituto Max Planck de Alemania, se demostró que el cerebro integra la información que proviene del intestino. Esta influencia no solo es eléctrica, debido a los campos electromagnéticos generados por el intestino, sino también química, a través de la microbiota. El descubrimiento de la influencia de los microorganismos que habitan en nuestro intestino sobre el sistema endocrino, inmunológico y nervioso ha sido uno de los avances más importantes del siglo. Gracias al estudio de la microbiota, ahora sabemos que nuestra dieta afecta a los neurotransmisores, cambia la estructura neuronal y modula nuestra mente y nuestras relaciones con los demás.
¿Sabías que la postura corporal influye en el sistema nervioso?
No solo nuestros órganos internos afectan al cerebro y la mente, sino también las sensaciones y la postura corporal. Según Antonio Damasio, uno de los principales neurocientíficos, nuestro cuerpo sabe cosas que nuestra mente aún no ha percibido conscientemente. Las sensaciones de nuestro cuerpo influyen en nuestras decisiones, y una mayor conciencia de las sensaciones corporales nos permite regular mejor nuestras emociones y tomar decisiones más acertadas. Por lo tanto, cuidar nuestra postura corporal no solo tiene beneficios evidentes para la musculatura, sino también para la mente.
Estudios han demostrado que la postura corporal afecta nuestra memoria y nuestras emociones. Por ejemplo, se ha descubierto que recordamos más palabras negativas cuando estamos en una posición inclinada o encorvada, mientras que recordamos más palabras positivas cuando estamos de pie con una postura recta. Además, la postura en la que dormimos incluso influye en el sistema de limpieza cerebral. Dormir de lado es la mejor forma de depurar el líquido extracelular en el cerebro. Además, la práctica de mindfulness con técnicas corporales como el Taichi y el QiGong ha demostrado tener un impacto más significativo en la mente que las técnicas de gestión de la atención mental. Todo esto respalda la afirmación de Nietzsche de que «según la forma de andar de cada uno, se puede ver si ha encontrado su camino».
Estos hallazgos respaldan la importancia de practicar la Terapia Postural Holística, que aborda la relación entre el cuerpo y la mente desde una perspectiva integral. Al tomar conciencia de nuestra postura, trabajar en la alineación corporal y cultivar una respiración adecuada, podemos aprovechar los beneficios que esto tiene para nuestro sistema nervioso y nuestra salud mental. La Terapia Postural Holística nos brinda herramientas para mejorar nuestra interocepción, regular nuestras emociones y tomar decisiones más conscientes. Además, al tener en cuenta la influencia de la dieta y la microbiota en nuestro cerebro, podemos adoptar un enfoque holístico que promueva el bienestar integral.
La neurociencia actual ha demostrado que el cerebro y el cuerpo se comunican de manera integral. La postura corporal, las sensaciones y la interocepción tienen un impacto significativo en la mente y en la toma de decisiones. Practicar Terapia Postural Holística puede ser beneficioso para regular las emociones, mejorar la memoria y promover un mayor bienestar mental. Al cuidar nuestra postura corporal, estamos cuidando tanto nuestra salud física como nuestra salud mental.
Texto de referencias: https://nazarethcastellanos.com/articulos/neurociencia-corporal/